El mundo de los adolescentes es a veces estresante y raro, sobre todo cuando tienes un profesor tan peculiar como el mío. ¿Qué demonios hace falta para que uno pueda ir al baño?

El mundo de los adolescentes es a veces estresante y raro, sobre todo cuando tienes un profesor tan peculiar como el mío. ¿Qué demonios hace falta para que uno pueda ir al baño?
Hípsters y botas vaqueras, pachangas con fantasmas, un miedo irracional a la nieve. Esta crónica explica por qué mi ciudad se ha vuelto tan popular y peculiar a la vez.
Santa Claus. Barney. El conejo de Pascua. ¿Qué tienen en común? Recuerdos de mi infancia, llenos de ternura y pequeños traumas psicológicos.